Dicen que “una sonrisa dura sólo un instante, pero sus efectos perduran para siempre”. Así lo han entendido los recolectores municipales de residuos domiciliarios, quienes son esperados por niños frente a sus viviendas en cada cumplimiento del servicio.
El saludo y la sonrisa de los pequeños se reiteran en cada jornada laboral, siendo un gran alimento del alma para ellos y un reflejo del acompañamiento de la familia de cada trabajador municipal.
En cercanías del día del niño, los empleados municipales, Luis Zabala, Gabriel Hibman, Alejandro Españón, Alejandro Misán, Gabriel Chávez y Franco Paván, retribuyeron esa muestra de cariño y afecto de los niños con regalos de juguetes y golosinas que ellos mismos adquirieron con recursos propios.
El gesto de los servidores públicos se convirtió en cosquillas para la vida…